Amparo despertó como cada día de enero y según lo había recomendado su hermana toma esa copa de agua de limón hervido. Salio a caminar mientras su niños quedaban durmiendo, era temprano, el sol aun no estaba en lo alto, apenas se veía y se olía el aroma del amanecer. No sabia porque pero debía ser en ese horario la caminata.
Enero es un mes especial: caminatas, dietas, días largos y noches cortas. Pero este enero es diferente; este año Martín, su hijo menor, había aceptado ir a la colonia. Solo aquellos padres que tienen niños en la colonia de vacaciones saben lo difícil que esto es. Amparo lo sabe, porque cada mañana que Martín despierta, con la 
modorra normal y la pesadez de un día de calor, debe volver a pasar ese tan odiado peine fino. Si hay un foco de transmisión de muchos tipos de parásitos es el agua de la pileta; pero ¿como negar ese placer a un niño de 7 años? Eso no solo seria cruel, sino que también puede tomarse como discriminatorio. Nooo, Martín debía ir a la colonia, y una madre debe tomar los recaudos necesarios para que no se le peguen ni piojos, ni hongos, y también para proteger la piel con un protector solar de factor de 70.
Recordó aquellos días de pequeña cuando su madre la transformaba de noche en árabe, poniéndole un turbante después de haber impregnado su cabeza con vinagre blanco. Y eso hizo la noche anterior con su hijo. Juguemos como lo hacia mi madre conmigo, dijo Amparo, porque ¿de que otra manera iba a acceder a ponerse semejante «perfume» para dormir? Y así durmió todo envinagrado.
Al llegar de la caminata le saco el turbante donde estaban los piojos amontados y volvió a pasar el peine fino. Para dejarlo listo para ir a la colonia.
– Mochila preparada:
- Botella de agua congelada, para que se hidrate
- Toallon
- Ojotas
- Protector solar (recordarle que debe aplicárselo cada vez que salga del agua)
Seguramente hay muchos remedios caseros para combatir este tipo de parásitos pero el mas efectivo recomendado por Amparo es «El Peine Fino».
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